miércoles, 19 de octubre de 2011

Muchas gracias por el libro de vuestro Presidente





Por Rodolfo Acevedo
19 octubre 2011


Mientras contemplaba el Estadio Santa Laura colmarse de Santos chilenos y mientras disfrutaba con la alegría de mis hermanos que se divertían haciendo la ola, llegó a mis manos en el sector C donde me encontraba, un libro, un libro de regalo para mí, en esos momentos tan especiales, y que trae la firma de dos personas muy queridas, a saber, el presidente y la hermana Hartley; ellos sirvieron en Chile a principios de los años ochenta como presidentes de la Misión Santiago Sur.  Sus misioneros que viajaron a la conmemoración de los 50 años de la Misión Chilena trajeron el libro y me lo entregaron en esta singular forma, en la galería de un estadio en medio de grandes manifestaciones de alegría por el especial momento que estabamos viviendo.




¿Por qué este libro? La historia había comenzado hacia algunos años atrás.

El presidente Hartley escribió en su autobiografía titulada As I Recall: “Yo estaba asombrado de que estuvieramos llegando al final; todo esto había repercutido en nuestra salud y nosotros estábamos desgastados. Rodolfo Acevedo, hijo, ayudó en muchas maneras para tener listos nuestros papeles finales, visas y pasaportes. Mientras yo caminaba varias cuadras desde la estación del metro sólo hacia donde estaba mi familia en el hotel, yo me sentía solo y atemorizado por estar sin un compañero. Oré por el consuelo de alguién, cualquiera, aún el Señor. En ese momento, Rodolfo vino corriendo detrás de mi diciendo, “Presidente, tengo temor de verlo a usted caminando solo. Déjeme acompañarlo hasta su hotel, nosotros no podemos tener un secuestro o una solicitud de recompensa o algo peor en esta etapa de su misión”. ¡Qué consuelo! ¿Cuánto  amor había mostrado este hermano por mí”. (Leonard L. Hartley. Como Yo Recuerdo p. 337).

Fue durante su misión que yo había iniciado mi trabajo en la oficina de viajes de la iglesia, en la calle Alcantara 360, donde había sido capacitado por el Élder Anthon Cooley en el trabajo de visas y en la atención de los viajes de los misioneros.
Poco más de tres años después de la experiencia relatada por el presidente Hartley en su libro volví a reencontrame con él en la Manzana del Templo de Lago Salado, a donde había viajado junto a mi esposa para participar de las sesiones de la Conferencia General en el mes de octubre de 1986.

Presidente Hartley, mi esposa Soledad, Hermana Hartley, Rodolfo y Billy, 1986.
De este feliz encuentro en Salt Lake City pasarían 20 años antes de que nos volvieramos a reencontrar y fue en el año 2006 cuando él visitó Chile junto a su querida esposa, y fue en esa ocasión que hablamos de traducir su libro “As I Recall” al español, tarea que inicié ese mismo año.

Visita del Presidente Hartley a Chile el 2006.

Para el año 2009 la traducción ya estaba terminada y en los días de la Conferencia General de abril de ese año les fue presentado el libro traducido al Presidente Hartley y a su querida esposa por el hermano Gary V. Davis del Comité Misional.


Fue así como recibí el libro “Como yo Recuerdo” editado y publicado en los Estados Unidos de parte de los misioneros que sirvieron en el tiempo del presidente Hartley, siendo Élder Jensen uno de su líderes y con quien me había encontrado en abril pasado en Salt Lake City, cuando se hacían los preparativos para viajar a Chile.


Los hermanos Davis y Jensen en el estadio, 2011.




Muchas gracias queridos élderes del tiempo del Presidente Hartley, muchas gracias por haber venido y muchas, muchas gracias por el libro de vuestro Presidente.

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