viernes, 7 de octubre de 2011

¡Él es Soviesky!, el éxodo hacia la celebración de los 50 años de la Misión Chilena ya ha comenzado

Por Rodolfo Acevedo
Historiador Área Chile
6 octubre 2011

El día 5 de octubre de 2011 pasaron por la Oficina del Historiador en Santiago de Chile los élderes Joe Thompson y Van Layman, ex misioneros de la Misión Chilena quienes ya habían llegado a Chile para participar de las reuniones de celebración de los 50 años de la Misión Chilena. Seguramente que en estos mismos momentos otros están viajando con destino a Chile y otros ya están anunciando a sus amigos su llegada al país, como sucedió la tarde de este mismo día con el Élder Steve Warren.


La hermana Thompson, al centro el hermano Van Layman
y a la derecha el hermano Joe Thompson en la oficina del historiador.

Antes de que el Élder Thompson y su querida esposa viajaran a nuestro país había conversado con él con el propósito de que cuando estuvieran en Chile pudiéramos tener una entrevista, y para ello me preparé buscando información y fotografías del tiempo en que él había servido en Chile entre los años 1965 y 1967.

Élder Joseph Melvin Thompson.

Al llegar por la tarde al edificio de las oficinas del Obispado Presidente, el recepcionista me dijo: “Hermano Acevedo, un matrimonio norteamericano ha preguntado por usted y le anda buscando”; yo inmediatamente pensé, son los hermanos Thompson y así fue como les encontré esperando en la puerta de la oficina del historiador.

Nos saludamos con un gran abrazo y luego pasamos a la oficina, donde procedí a mostrarle las fotografías que yo había seleccionado; y qué gran sorpresa fue para mí cuando mirando una de ellas en particular él dijo: “¡Él es Soviesky!”,  mostrándome a un niño a quien él tenía tomado de la mano en una fotografía que databa de 1967 en la ciudad de Valdivia.

''¡Él es Soviesky!'', dijo, señalando al niño a quien
tiene tomado de la mano en la fotografía que data
de 1967 en la ciudad de Valdivia.

Soviesky, pensé yo, ¿será el mismo Soviesky que yo conozco?.  Así fue, él hermano Thompson me lo confirmó al decirme que el apellido del niño es Fonseca; no cabía duda, era mi hermano Soviesky a quien yo conocía.

Le dije al hermano Thompson: “Hermano Thompson, espéreme unos minutos y vuelvo”, entonces dirigí mis pasos a la oficina de Soviesky Fonseca y cuando le veo allí le digo:  Soviesky, “un viejo amigo tuyo quiere verte”.

Regresamos a la Oficina del Historiador y allí se volvieron a reencontrar después de 44 años, el niño de la foto con el misionero que le había enseñado el evangelio.




Sentí que este feliz reencuentro había sido como un pequeño gran milagro, una experiencia única en las vidas de mis hermanos, quienes en el espíritu de esta celebración se habían vuelto a reencontrar apenas recién llegado el hermano Thompson a Chile.

Sabemos que la forma en que se bautizaba en esos años era en ríos, en el océano, en piscinas o en pilas bautismales creadas y fabricadas muchas veces por los propios misioneros.

Misioneros bajan pila bautismal fabricada para la
ocasión desde un camión.

Con respecto a su bautismo, Soviesky señaló que fue el Élder Arthur Hayden quien entró a la pila bautismal con él y le bautizó, agregando otro detalle interesante del día de su bautismo: “Ese día estaba lloviendo, los paraguas que se ven, así lo testifican, el bautismo de mi familia fue al aire libre, en agua fría y con lluvia”.

La pila bautismal ya instalada en su lugar en el día del bautismo
y delante de ella la familia Fonseca y los élderes Hayden y Thompson.
También en la fotografía se encuentran la hermana Hilda Kappes
y José Salas y por supuesto los miembros alrededor de la
pila esperando expectantes.

Tras departir por algunos momentos con hermano Thompson, Soviesky se despidió de él con un gran abrazo, al salir le pregunté: “Soviesky, ¿habías visto estas fotografías antes? Él me respondió que no. Ahora ellas pasan a formar parte de su legado familiar y un recuerdo hermoso para su familia, tras este gran reencuentro.

Y para concluir este artículo que mejor que hacerlo con las palabras del propio Soviesky:

“En conversaciones posteriores con el Hno. Thompson, me indicó que Elder Hayden no pudo viajar por salud de su esposa, pero se reunieron una semana antes de que viajaran, estoy emocionado, es un lindo recuerdo, lo compartí con mi esposa e hijos, es muy emocionante recordar ese 27 de mayo del 67 y estas cosas son las que da el evangelio, yo había vivido momentos hermosos con familias que yo enseñé al acompañarlos a entrar al Templo, pero ahora me tocó a mí”.

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